jueves, 26 de septiembre de 2013

Parálisis Cerebral y Familia.



Autor: Yuri Rafael Salcedo Bisbé. 
Licenciado en Psicología - Master en Atención Temprana.
Instituto Superior de Ciencias Médicas "Carlos J. Finlay"
Camagüey - Cuba

En la actualidad uno de los retos más difíciles a los que se enfrentan especialistas y familias, lo constituye la atención a menores con parálisis cerebral; principalmente por las áreas del cerebro involucradas en cada caso y la dificultad que entraña determinar su etiología.
¿En qué consiste la parálisis cerebral?
Es un trastorno persistente del movimiento y de la postura, causado por una lesión no evolutiva del Sistema Nervioso Central durante el período temprano del desarrollo cerebral; la misma ocasiona pérdida del control muscular-funcional y puede provocar trastornos sensoriales o mentales. Entre los déficits asociados comúnmente con la parálisis cerebral se encuentran: la epilepsia, dificultades en el aprendizaje, problemas de comunicación, déficit  sensorial, alteraciones visuales, alteraciones del lenguaje, y retraso mental entre otros.
¿Cuáles son las causas de la parálisis cerebral?
Las mismas se pueden desarrollar en los siguientes períodos, prenatal, perinatal y postnatal. A continuación hacemos mención  algunas de las afecciones más comunes.
Período prenatal: Dificultades tempranas en el embarazo, durante el primer trimestre de gestación hemorragias o enfermedades infecciosas; trastornos de oxigenación fetal, enfermedades metabólicas. También, el desprendimiento precoz de la placenta, bajo peso para la edad gestacional y el parto prematuro. La hemorragia intraventricular es la lesión del cerebro más común en niños de 32 semanas de gestación, y se produce aproximadamente en el 40% de los prematuros.
Período natal o perinatal: Estas son las más conocidas, entre ellas, anoxia neonatal por traumatismos físicos durante el parto, producido por laboriosas maniobras de extracción; todas estas distocias que puedan provocar sufrimiento fetal. Nacimientos prematuros; lesiones hipóxico-isquémicas (las más comunes de las alteraciones neurológicas no progresivas).
Período postnatal: Infecciones (sobre todo por meningitis o sepsis), las intoxicaciones y los traumatismos son las causas de lesión más importantes en este período. Bajo peso, partos múltiples, etc.
¿Cuáles son las principales actitudes de la familia?
Un aspecto a tener en cuenta, son las diferentes actitudes que asumen los familiares de los menores que presentan parálisis cerebral. Es importante recordar que estas actitudes están relacionadas con la etapa de duelo por la que transitan estas familias y suelen experimentar sentimientos como:  conmoción ante algo totalmente inesperado que da al traste con los ideales planteados de los padres; negación, por tanto, autoengaño para no aceptar lo que realmente es evidente; tristeza, aflicción, pena y vergüenza, no sólo por su hijo, sino por ellos mismos al considerar el fruto de la unión como una construcción personal imperfecta; ansiedad, hostilidad y rechazo hacia el menor, la familia y hasta a la sociedad; sentido de la culpa que desencadena un proceso de "culpabilidades" y la idea de un embarazo no deseado por ambas partes.
Una de las actitudes más comunes es la sobreprotección relacionada con sentimientos de "culpabilidad", frustración y desconocimiento. En la mayoría de los casos la madre renuncia a su independencia dedicándose exclusivamente al cuidado del menor. Esto propicia que el pequeño crezca dentro de una  especie de burbuja y a la hora de enfrentarse al medio, le sea difícil y nocivo tanto para el menor como para la propia familia. Este tipo de actitud  hará mucho más ardua la labor del terapeuta, maestros, etc.  Otra actitud manifiesta, es el rechazo propiciado muchas veces por las expectativas que tenía la pareja de cómo iba a ser su hijo. Es muy usual encontrarse a padres con falsas expectativas sobre el desarrollo y/o evolución posterior de su hijo, por ello  se atribuye una gran importancia el asistir a los  Centros de Desarrollo Infantil y Atención Temprana (CDIAT), desde los primeros meses de vida para recibir una adecuada orientación por el terapeuta, además de un diagnóstico certero, posibles tratamientos y evolución del niño con parálisis cerebral.

Benicarló - Castellón
España

viernes, 20 de septiembre de 2013

El bebé prematuro: desarrollo y masaje infantil.




Autor: Claro W. Estrada Bisbe, Psicopedagogo de “Un Pas Més”

¿Cómo es el desarrollo del bebé prematuro?
El desarrollo en cada ser humano es diferente, pero existen una serie de características generales que nos ayudan a tener en cuenta factores importantes que debemos vigilar. Uno de ellos, es cuando un niño nace antes de lo esperado por diversas razones. En ocasiones presentan:
Deformidades físicas: que les confiere un aspecto peculiar. Retraso en el crecimiento: tras el nacimiento, el crecimiento se detiene a veces por muchas semanas. Pasado el periodo crítico, que mantienen al niño en situación de inestabilidad, mejora el patrón de crecimiento.
El desarrollo psicomotor: está enlentecido durante los dos primeros años, sobretodo en su vertiente motora. Los hitos del desarrollo motor habitualmente se retrasan respecto a los niños nacidos a término.
El retraso motor simple, se caracteriza por la presencia de retraso en la adquisición de las habilidades motoras con una exploración neurológica normal o presencia de mínima hipotonía.
Las particularidades del desarrollo psicomotor del niño prematuro hacen que hasta los 2 años de edad no se pueda establecer, con cierto grado de certeza, la presencia de secuelas neurológicas. Las secuelas moderadas o graves van a poder diagnosticarse a los dos años de edad, no obstante, algunas de las secuelas leves y las alteraciones del aprendizaje y del comportamiento se diagnostican más adelante.
Desarrollo neurológico: El determinar con exactitud cual será su limitación funcional final es arriesgado y dependerá de muchos factores terapéuticos, educativos, aceptación familiar, recursos sociales y un largo etc. Es por ello que a cada niño se le debe dar la oportunidad de alcanzar el máximo de su potencial que sólo se conocerá si se le brinda las debidas oportunidades.
Desarrollo sensorial: Los déficits sensoriales son más frecuentes en los niños grandes prematuros que en los nacidos a término. La detección precoz es fundamental para corregir los que sean susceptibles a tratamiento.
Desarrollo psíquico  y comportamental: Los retrasos del desarrollo y los trastornos del comportamiento también existen con mayor frecuencia en los niños que nacen demasiado pronto. El conocimiento del estado psíquico y anímico de cada niño ayudará para su orientación en el terreno educativo.

¿Qué beneficios otorga el masaje infantil?  Proporciona beneficios a diferentes niveles:
Nivel fisiológico: Sistema nervioso: a través del tacto se transmiten infinidad de mensajes del medio externo al interno (el cerebro). Sistema inmunológico: situación de tranquilidad, mantiene en equilibrio y mejora su funcionamiento. El estrés, por el contrario, lo debilita. Sistema gastro-intestinal: durante los primeros meses ayuda a madurar el sistema gastro-intestinal, y después a regularlo. Sistema respiratorio: el masaje en la zona del pecho, espalda y hombros ayuda a regular el sistema respiratorio. Sistema circulatorio: a mayor aporte de oxígeno mayor limpieza de la sangre. Sistema linfático: ayuda a drenar el sistema linfático suavemente. Sistema muscular: tiene un efecto relajante y tonificante de la musculatura. Ayuda a disolver nudos de tensión física y emocional, que el niño va acumulando a lo largo de los días.
Placer sensorial: El masaje es una muy buena herramienta que nos permite tomar conciencia de forma placentera de las dimensiones y el espacio de nuestro cuerpo en relación al espacio externo.
Equilibrio tensión-relajación. Función liberadora: Tensión: porque el estímulo táctil, auditivo, visual, emocional… que “juegan”  en el masaje, ponen al bebé en estado de alerta, y lo abre a procesos de memorización y aprendizaje.
Con el masaje, el bebé aprende a responder a la tensión con la relajación. El masaje en los niños tiene dos funciones liberadoras: de tensiones físicas y de liberación emocional.
Vinculo afectivo: Ayuda a crear y a nutrir los lazos entre madre/padre/bebé, que tan importantes son en relación y comunicación entre ellos.

Benicarló - Castellón, España

jueves, 12 de septiembre de 2013

LENGUAJE: las primeras manifestaciones del habla.


Autor: Claro W. Estrada Bisbe

Psicopedagogo de “Un Pas Més”

 
¿Cómo y cuándo se adquiere el lenguaje?

A las pocas semanas de nacidos, los niños son capaces de percibir y de reaccionar frente a los sonidos vocales. Pueden reaccionar frente a sílabas tales como ba y pa; saben localizar los sonidos y ya a la edad de tres meses pueden distinguir la voz de su madre de la de otras mujeres.

Más o menos a finales del segundo mes, los bebés comienzan a “zurear”. Zurear, en sentido estricto, designa la acción de la paloma cuando emite arrullos; en el caso del niño se refiere a la acción de emitir sonidos del tipo “aggg”, a lo que llamamos “decir agú” (gorjeo).

Aproximadamente a los 5 a 6 meses de edad, los niños empiezan a balbucear. Se entiende por balbucear el “hablar con pronunciación dificultosa y vacilante”. Los niños empiezan a combinar vocales y consonantes en sucesiones de sílabas. El fenómeno del balbuceo dura por unos seis a ocho meses, e incluso hay niños que aunque ya han emitido sus primeras palabras, continúan balbuceando mientras juegan.

Antes de que aparezca el habla propiamente, el niño manifiesta sus necesidades de comunicarse, mirando a los adultos, haciendo gestos, señalando cosas y vocalizando.

Alrededor de los 12 meses de edad, el niño empieza a decir sus primeras palabras. Son, por lo general, palabras monosilábicas (“pa”, “ma”) o bisilábicas (“mamá”, “papá”) y que se refieren a objetos o personas, destacadas en el medio ambiente del niño. Dado que el niño de esta edad se orienta sobre todo hacia el movimiento, muchas de sus primeras palabras se refieren a cosas que se mueven y, en particular, a los primeros actos del niño. Por lo general, las primeras palabras se refieren a personas importantes para el niño.

Es importante precisar que las primeras palabras de los niños no parecen solamente nombrar objetos, sino que  también se refieren a acciones que han ocurrido.

Entre el año y los dos años de vida, el niño habla casi solamente en base a palabras aisladas, las cuales representan objetos, acciones, solicitudes, o bien expresan emociones.

Alrededor de los dos años de edad, el niño empieza a combinar palabras en oraciones que, en un primer momento, incluyen sólo dos palabras: “mamá papá”.

Una vez que el niño ha empezado a emitir oraciones de dos palabras, al principio va lentamente y luego combina cada vez más y más palabras. Al cumplir dos años de edad, la mayoría de los niños poseen un vocabulario de más de cincuenta palabras; de allí en adelante, el vocabulario aumenta a pasos acelerados.

Sin embargo, es preciso señalar que las actuales teorías explicativas del desarrollo del lenguaje han dejado de considerar el número de palabras como parámetro del desarrollo. En la actualidad, más bien se examina la estructura del lenguaje utilizado, es decir, la capacidad de combinación de palabras del niño.

Es de gran importancia desde los primeros días de nacidos, estimular el desarrollo del lenguaje de los bebés. Por la convergencia que se da entre pensamiento y lenguaje, existe un gran número de actividades que se pueden desarrollar en diferentes momentos de la vida cotidiana de la familia.

Si está interesado en conocer, cómo potenciar el lenguaje de su bebé desde las primeras edades, en el Centro de Atención Psicopedagógico “Un Pas Més”, le podemos brindar asesoramiento.


BENICARLÓ - CASTELLÓN
ESPAÑA
12 de septiembre de 2013

 

 

martes, 3 de septiembre de 2013

El Cerebro: particularidad, plasticidad e importancia.


Autor: Claro W. Estrada Bisbe

Psicopedagogo de “Un Pas Més”

 

 ¿Qué particularidad tiene el cerebro?

El cerebro, tiene la particularidad de que, pese a estar en gran parte programado genéticamente, puede experimentar tanto cambios funcionales como estructurales por influencias endógenas y exógenas.

El ser humano nace con menos de un tercio de la capacidad cerebral adulta y después del nacimiento, se observa que la corteza y todo el sistema nervioso central crecen rápidamente, por efecto directamente del ambiente y las experiencias recibidas.

En el momento del parto, el ser humano que nace trae consigo un cerebro que ha de crecer y desarrollarse con una capacidad potencial que le permitirá establecer los mecanismos adecuados para recibir y manejar los estímulos externos e internos, en una forma mucho más avanzada que el resto de los animales.

La experiencia de vivir interactuando intensamente con el ambiente, es el elemento básico que condiciona el desarrollo cerebral. Aunque el comportamiento instintivo pueda aparecer, incluso en ausencia de experiencias, no sucede lo mismo con la actividad mental superior.

La experiencia, el entrenamiento y posteriormente, el material simbólico que el niño recibe a través del lenguaje y la educación, le permitirán ir transformando su estructura y organización cognoscitiva.

De esta forma, la calidad de relación del niño con su ambiente durante los primeros años de vida, será determinante, tanto para su desarrollo intelectual como para el desarrollo de los patrones básicos de su personalidad.

Es lógico pensar que en la formación integral del ser humano, los tres primeros años de vida son decisivos para su menor o mayor adaptación al medio.

Alrededor de la educación del niño giran un grupo de factores que se dan en el seno de la familia, la escuela y la sociedad. El amor que recibe, la cantidad y calidad de alimentos que ingiere y el ambiente socio-cultural en el que se desenvuelve, juegan un papel de primer orden en la vida del niño pequeño.

Hay que afirmar que el niño es un ser con personalidad propia y como tal necesita una atención específica. Un niño no es, de ninguna manera, un hombre adulto a escala, ni tampoco alguien totalmente distinto a todo lo que aceptamos propiamente como humano.

 

Plasticidad cerebral e importancia.
 
La plasticidad cerebral es la posibilidad de modificación estructural y funcional de las neuronas por su uso o desuso.

La plasticidad cerebral se refiere a la adaptación que experimenta el sistema nervioso ante cambios en su medio externo e interno, además puede reflejar la adaptación funcional del cerebro para minimizar los efectos de las lesiones estructurales y funcionales (Aguilar Rebolledo, Francisco, 1998).

Como señalan Mulas y Hernández (2004), la plasticidad cerebral es el principio de organización que fundamenta la aplicación de programas de intervención terapéutica para la recuperación funcional. La plasticidad de las estructuras nerviosas es un hecho evidente y es la base teórica que respalda la intervención con programas de atención temprana. Muchos niños afectados por patologías neurológicas o nacidos demasiado pronto logran un desarrollo aceptable, a pesar de la existencia de factores de riesgo y mal pronóstico asociados a su patología o circunstancia.

Sólo sabemos que en la plasticidad cerebral están implicados tanto factores externos, como la calidad de la intervención, como factores propios de la ecología del niño (ambiente familiar que le rodea, factores demográficos, etc.) (Lebeer y Rijke, 2003).

Esta plasticidad inherente a las células cerebrales permite la reparación de circuitos corticales, integra otras áreas corticales para realizar funciones modificadas y responde a diversas afecciones. Así, parece ser que la capacidad del cerebro para adaptarse a los cambios tiene importante implicaciones en el aprendizaje. Pero debemos ser conscientes de que la plasticidad es mayor en los primeros años de vida y que ésta disminuye gradualmente con la edad, por lo que el aprendizaje y la recuperación se verán potenciados si se proporcionan experiencias o estímulos precoces al individuo.

Para que el desarrollo sea adecuado, los estímulos deben de estar presentes en la cantidad, calidad y momento oportunos, siendo tan nocivos para el sistema funcional, tanto la hiperestimulación como la estimulación fluctuante, o a destiempo, como la hipoestimulación.

Podemos destacar que los procesos mediante los cuales el cerebro del niño e incluso el cerebro adulto es capaz de repararse y reorganizarse, han sido motivo de investigación en los últimos años, y a pesar de que queda mucho por comprender, vamos aproximándonos cada vez más a los mecanismos intrínsecos que rigen el funcionamiento cerebral.

 
Benicarló - Castellón, España
3 de septiembre de 2013
 

 

viernes, 30 de agosto de 2013

Detección Precoz y Atención Temprana


Autor: Claro W. Estrada Bisbe, Psicopedagogo del Centro de Atención Psicopedagógico “Un Pas Més”.


Todo padre cuando espera la llegada de un nuevo miembro a la familia, lo hace con mucha ilusión y expectativas. Nunca pensamos en posibles dificultades. Por ello, cuando nos encontramos con algo diferente, no estamos preparados para algo así. Sabemos: ¿Dónde dirigirnos? ¿Quién puede orientarnos? ¿Cómo evaluar el desarrollo de nuestro bebé? Las respuestas a estas interrogantes las podemos encontrar en la atención primaria. Es allí donde se realiza un trabajo preventivo muy importante…; en dos procesos que a continuación mencionamos, la “Detección Precoz” y la “Atención Temprana”.

 
¿Qué es la detección precoz?

La detección precoz en la primera infancia tiene como objetivo fundamental satisfacer la necesidad de prevenir cualquier tipo de discapacidad.

El concepto de detección que se trata, se sitúa en la vertiente de la prevención secundaría y tiene por objetivo principal el diagnóstico precoz de los trastornos en el desarrollo y las situaciones de riesgo (Libro Blanco, 2000). Una vez cubierta esta finalidad esencial, se desarrollaría la denominada prevención terciaria (modelo de intervención propiamente en Atención Temprana).

Este concepto de detección o prevención secundaria en Atención Temprana implica habitualmente el desarrollo de una serie de pautas de actuación determinadas, con un sentido claro y unos objetivos definibles.

 
¿Qué es la Atención Temprana?

Según la Neurología Evolutiva el desarrollo infantil es fruto de la interacción entre los factores genéticos y factores ambientales. Todo niño nace de unos padres, vive en un entorno, crece dentro de una familia, con unas condiciones sociales concretas.

El objetivo fundamental de la Atención Temprana consiste en favorecer un desarrollo evolutivo lo más normalizado posible.

La Atención Temprana consiste en ofrecerle a los niños desde su nacimiento hasta los seis años de edad, a su familia, a la comunidad y a todo su entorno en general una herramienta (intervenciones) que les permita lo más pronto posible actuar, para así prevenir o disminuir las necesidades que presentan los niños con algún trastorno en su desarrollo o que tienen riesgos de padecerlos.                 

Con la atención temprana se asegura y mejora la evolución personal, se refuerzan las propias competencias de la familia, y se fomenta la inclusión de la familia y el niño a la sociedad.

Todas las acciones estarán en correspondencia con sus capacidades, intereses, grado de desarrollo y crecimiento, sus necesidades y potencialidades indican como seleccionar, organizar y dirigirlas.

Este enfoque preventivo implica también, una perspectiva social donde diferentes especialistas como: el pediatra, psiquiatra, psicólogo, pedagogo, psicopedagogo, trabajador social, fisiatra, educador social, etc. no actúan aisladamente; sino a través y en coordinación con la escuela, la familia y los servicios sociales. De allí la necesidad, no sólo de aplicar sino también de transmitir (para que otros lo apliquen) sus conocimientos acerca de las condiciones óptimas para el desarrollo integral del individuo.

 
 ¿Por qué es necesario actuar tempranamente?

Porque en las primeras edades se desarrollan y maduran las capacidades fundamentales y prioritarias: área del lenguaje, sensorial, física y psicológica, que se llevarán a cabo de forma global. Este es un periodo vital, caracterizado por un potente ritmo evolutivo, donde la capacidad de adaptación del sistema nervioso y del cerebro es un factor determinante para el desarrollo posterior. Por este motivo, se debe posibilitar que las primeras experiencias del niño con el mundo exterior, garanticen el máximo desarrollo global de todas sus capacidades.

 
¿Quiénes son los destinatarios de los servicios de Atención Temprana, principalmente?

Los niños y niñas de 0 a 6 años, principalmente los recién nacidos y niños prematuros, e incluso de embarazadas. 

 
¿Dónde podemos recibir este servicio?

En los Centros de Desarrollo Infantil y Atención Temprana (CDIAT), son servicios autónomos cuyo objetivo es la atención a la población infantil de 0-6 años que presenta trastorno en su desarrollo o que tiene riesgo de padecerlos. En Benicarló - Castellón, se brinda este servicio en el Centro de Atención Psicopedagógico “Un Pas Més”.

 

Benicarló – Castellón, España                          30 de agosto de 2013

 

sábado, 17 de agosto de 2013

Quiénes somos?

El Centro de Atención Psicopedagógico brinda servicio de psicopedagogía a personas que presentan distintas necesidades psicoeducativas específicas, buscando contribuir al logro de conocimientos, habilidades y destrezas que permitan el desarrollo integral de las personas a fin de que se integren a la vida cotidiana.

El Centro de Atención Psicopedagógico es un lugar donde se encuentra un ambiente idóneo para la rehabilitación de su ser querido. Desde los primeros días de nacido, hasta adolescentes y adultos, brindamos atención, asesoría y terapias de rehabilitación en; audición, lenguaje, aprendizaje, estimulación múltiple, psicomotricidad, apoyo y orientación familiar, etc.

En el Centro contamos con atención a niños con Síndrome Down, Síndrome de Williams, Autismo, problemas de conducta, terapias de lenguaje, aprendizaje, psicomotricidad, audición, atención temprana, estimulación múltiple, apoyo y asesoría a padres, valoraciones en todas las áreas psicopedagógicas del individuo, capacitación y asesoramientos al personal educativo.

Cursos de verano en el mes de Julio y Agosto, para iniciación a la lecto-escritura y regularizaciones escolares.
 
El psicopedagogo del centro entre otros estudios es Diplomado en Educación Especial, Master en Atención Temprana y Master en Logopedia Clínica y Escolar.